kanthari

Corona Blog – Día 46: 09.05.2020

Un nuevo silencio

Teresa Millich on the kanthari stage

Blog invitado por Teresa Millich (una ex aprendiz de kanthari)

Ahí está de nuevo, el recuerdo devastador de que aún no hemos superado, nuestra humanidad. La lucha por el control, la ilusión de superioridad en última instancia, solo nos alejó de ella. La humanidad, nuestra cualidad más esencial, más importante. Enterrada bajo la avalancha de información, el fuerte traqueteo y los gemidos de la vida cotidiana automatizada, el mantra sonando en los oídos, el anestésico insidioso: cada vez más rápido, más alto, más…

Es diferente ahora. Ha surgido un nuevo silencio que nos hace prisioneros de nosotros mismos. En la época del Covid-19, ya no puedes mirar hacia otro lado. Ya no puedes evitar a ti mismo, a tus compañeros de cuarto, a tu familia. Todo se contrae en un pequeño cosmos. Cuando las calles están vacías, los ojos parpadean temerosos sin foco sobre las máscaras, a veces el silencio se vuelve insoportable. Debido a que es tan traicionero y nos cuenta sobre las estructuras, los sistemas que hemos creado y que ahora están abiertos y salen a la superficie donde siempre han estado.

Mi compañera de piso y yo compramos plantas de interior, tal vez porque a veces sientes que ya no puedes respirar. Al final de la calle, en la casa de los ancianos, el dolor de no poder ver a sus seres queridos por el momento o solo de forma limitada. Las relajaciones están a la vista, pero incluso si se alimenta diariamente con nuevos números y pronósticos, la duda, la incertidumbre, los disturbios permanecen. La universidad está cerrada, solo comunicación virtual y la fuerte necesidad de ser abrazados en un momento en que es importante mantener al menos 1,50 m de distancia en la caja del supermercado. El sonido del aparato respiratorio a veces te persigue mientras duermes y escuchas a las personas que han tenido el virus, sobrevivieron, murieron. Afortunadamente, hay muchos más que sobreviven, porque aún no ha habido un colapso en el sistema de salud. Sobre todo, es el miedo lo que viene. Como joven, alrededor de los 20 años, es una dualidad de seguridad y libertad que lucha continuamente, como para todos. La moderación se predica en todos los canales para salvar vidas. A veces alcanzas los límites de esta reticencia y te encuentras creyendo en la insensatez.

Entonces la vista se abre más y puedes ver el mundo exterior. Después de esta crisis, ¿cómo podemos garantizar que no nos alejemos de nuevo, sino que comprendamos que el virus no tiene nacionalidad ni diferencia? No es la humanidad contra el virus, es la humanidad contra sí misma. Mi esperanza en este momento sigue siendo que la conmoción de ser humanos, principalmente indefensos, afecte nuestra autoimagen y nuestra cooperación. Somos ante todo ciudadanos del mundo, antes de que todo se extienda en las facetas coloridas de la existencia externa. Es bueno darle al cajero en el supermercado una sonrisa detrás del tabique de vidrio, hacer las compras para el vecino anciano, animarlo de lejos y verse a sí mismo como parte del todo. Incluso en este pequeño contexto, somos una ventana al mundo.

Leave a Comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *

This site is protected by reCAPTCHA and the Google Privacy Policy and Terms of Service apply.